Actores de la Estrategia didáctica II
Los actores en el proceso de construcción del conocimiento artístico
MA. Rodolfo Rojas-Rocha
Los actores del conocimiento artístico en el aula establecen una relación entre el profesor como artista y el estudiante como aprendiz. La historia de la educación artística confirma ese vínculo desde el artesano que trabajaba con el maestro de obra experimentado en la Edad Media, al artista independiente que aprende de otros artistas en la era moderna y contemporánea. Se podrían presentar muchos ejemplos de cómo los actores se apoyan en la idea de un trabajo sistémico en el proceso de aprendizaje de las artes. La enseñanza del arte y el diseño no conlleva necesariamente a un causalismo ya que en la relación de los actores está presente un proceso de construcción del conocimiento de las metodologías, técnicas y procedimientos. El arte académico partía de ese antiguo modelo de causalismo en el cual el profesor tenía el aura del conocimiento y orientaba al estudiante pasivo, quien copiaba esculturas grecolatinas para convertirse en artista o imitaba su obra para generar escuela. La educación artística moderna, por el contrario, los saberes novedosos vienen de las vanguardias formalistas y la expresión individual hacia la abstracción y a lo desconocido. En cambio, en la educación posmoderna el curriculum es un collage rizomático y equilibrado en redes que acentúa los roles entre el estudiante y el profesor de una manera constructivista.
En cierto modo, la relación docente-estudiante explica la conexión de sistemas y los formantes de los actores de la educación artística se basan en los procesos de formación del conocimiento. El discernimiento de la técnica, de la forma visual y los materiales, en cierto modo, está asociada a una pedagogía sentimental y compromete la participación dual de dichos actores. Pienso en el delirante Pathos de Miguel Ángel o el emotivo movimiento Romántico donde el artista se identifica con la naturaleza y la libertad estética relacionada con el yo creador, aquí, la motivación estaba directamente incitada por la institución, los recursos materiales y el contexto cultural. La emoción es social y dispone el principio de la percepción artística y su expresión, pues se ha alimentado de la idea canónica de genialidad en el caso de las Bellas Artes. Se asume conciencia artística con el sentimiento y la conciencia logra orientar el sentimiento artístico.
En este sentido, la emociones primarias (miedo, enojo, etc.)que van acompañadas de respuesta faciales o no verbales y la secundarias, la cuales se asocian a las relaciones interpersonales forman parte del proceso de aprendizaje. Son comportamientos supranacionales o locales, son universales. Tanto el alumno como el profesor tienen emociones de este tipo. Por ejemplo, imagino una clase apática y desmotivada que no comparte los contenidos del curso y no los toma para desarrollar sus habilidades profesionales. Sería un absurdo ya que el aprendizaje es un binomio, es una comunicación entre un emisor y receptor, el cual a la vez inicia el ciclo de interrelación. Esa relación diádica está incompleta sin ese diálogo. Al contrario, si uno como docente llega al aula como un autómata y con una posición estética dominante, los estudiantes reaccionarían de una manera negativa y se negarían a crear saberes en un ambiente de aprendizaje.
La cultura logocentrista ha ido estableciendo esa dicotomía entre razón y sentimientos, como si éstos últimos son negativos. La educación artística contemporánea de cierta forma recurre a la emoción y la identidad con mucha regularidad y se alimenta de los canales irracionales para generar posibilidades creativas. Los recursos de aprendizaje son aplicados para reforzar las destrezas profesionales. Nosotros como profesores somos formados por los estudiantes y ellos a su vez construyen su identidad con los saberes que se comunican. El profesor debe conocer la materia para comunicarla de una forma clara y sencilla. Los estudiantes aprenden de esa dinámica y la clase resulta significativa ya que hay un equilibrio entre sentimiento y razón.
En fin, los actores de la estrategia construyen formantes, los cuales son situaciones específicas de construcción de saberes desde el ámbito colectivo que implica lo social y lo cultural en la formación universitaria de las artes . Desde cada uno de estos escenarios se pueden generar procesos de identidad entre los profesores y estudiantes que comparten y dominan saberes comunes donde el aprendizaje y estimulación intrínseca o extrínseca es fundamental. En la educación artística esos formantes permiten que tanto el profesor en la cátedra como el estudiante en su comunidad puedan compartir experiencias, técnicas, procesos y materiales para proyectar una clase llena de condiciones motivantes en la elaboración de contenidos válidos.
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